lunes, 26 de enero de 2009

Gears of War 2 Xbox 360





Gears of War 2

Trailer:



¿Por dónde empezar? Parece que lo más fácil es por el principio. Gears of War, la primera parte, marcó un antes y un después en los juegos de acción y en esta nueva generación de consolas. Fue el pionero en explotar hasta la extenuación lo de cubrirse y avanzar, que luego hemos visto en tantos y tantos juegos. Si te copian es porque lo hiciste bien. Aquella primera parte tenía unos gráficos que por fin explotaban la tan manida nueva generación. Contaba una historia realmente imaginativa, con un universo plagado de armas hiper originales (mamá, por favor, cómprame un lancer para Reyes), de malos malísimos salidos de la mente perturbada de un tipo llamado Cliffy B. al que le dio por llamarles locust (langosta en inglés, sería por aquello de las plagas), y de soldados de dos metros y fuerza tremebunda que recuerdan a los marines del Space Crusade. Todo ello ambientado en un mundo muy parecido a la Tierra, pero más lúgubre e inhóspito. Después de aquel despliegue visual, ¿qué más podía pedírsele a GOW? Allá vamos...

Primero, por increíble que parezca, los gráficos se han mejorado. El Unreal Engine 3 sigue partiendo la pana, pero más. Las texturas se han mejorado (tanto que, primer y casi único pero al juego, podremos ver como algunas tardan demasiado en cargarse) y los modelados ya son de babear. Si a todo ello le añadimos el increíble trabajo que ha hecho la gente de Epic con las físicaspues estamos probablemente ante el juego que más explota las posibilidades gráficas de la Xbox 360. Si ya en GOW alucinábamos con la física de los cuerpos y los objetos (cualquier maldito objeto), aquí ya se nos dará la vuelta a la cabeza con el trabajo hecho con los fluidos, las luces y las sombras. De verdad, no leáis más, por favor, y encended la consola y echaros colirio en los ojos. Esto es el no parar.
Y, por supuesto, tenemos que destacar ese añadido que hace que este juego sea diferente al primer GOW: la alucinante cantidad de personajes que corren en pantalla. Si en GOW nos enfrentábamos a la vez a, a lo mejor, diez locust, aquí lo mismo nos topamos con cientos de ellos (por ejemplo, en el capítulo de las excavadoras, o ya dentro de Nexus, la fortaleza de la Reina Locust). Y ahí ya sí que sí rogarás a Dios por munición, y más munición, y más...Así pues, podemos decir que si en el primer GOW buscabas combate táctico, aquí también lo harás, pero infinitamente más a saco. Porque son más. Porque son más listos. Porque tienen malas pulgas y un armamento mejor. Y porque tú lo vales, carajo.

Segundo punto de inflexión con respecto al primer GOW: la cantidad de armas, enemigos, compañeros COGs, y escenarios novedosos que veremos. Un lanzallamas, brumas a los que podremos matar, un mortero con el que devastar a tantos y tantos locust, nuevos boomers, un colega con sombrero de vaquero y otro tatuado hasta las pestañas... en fin, que si no jugaste al uno, no pasa nada (bueno sí, que te perdiste un juegazo, pero nada más).

El sonido vuelve a ser parte fundamental del juego. Melodías que acompañan a las batallas más cruentas, muy épicas y sinfónicas, envolventes, de las que te meten más aún en la acción. Un doblaje espectacular, sobre todo en lo que respecta al protagonista deentre los protagonistas, el grandioso, irónico, cabreado, malhablado y resignado Marcus Fénix (también esplendido el doblaje del gigante Cole... Dios, no os perdáis su puesta en escena¿ de lo mejor que podrás ver en una cinemática). Y, por supuesto, unos efectos sonoros que hacen que cuando estés en un tiroteo realmente mires a tu espalda a ver si es que se ha desatado la Tercera Guerra Mundial y tú, enfrascado en este pedazo de juego, no te has enterado.
La continuidad entre GOW y GOW2 sí se palpa en la jugabilidad, y menos mal. Sigue siendo excelente. Con ese botón A con el que te cubres de obstáculo a obstáculo, con el que corres (ahora no te cansas, ¡oe!), con el que saltas obstáculos... con el que haces todas esas cosas que tanto han copiado otros juegos posteriores a GOW.
La recarga activa seguirá salvando nuestro culo en más de un momento y las volteretas (siempre botón A) harán que esquives una ráfaga mortal. Vamos, que se juega como al uno, como debe ser.
Y en cuanto a la Inteligencia Artificial, si en el uno pudimos ver algunos fallos, aquí se han erradicado casi todos, pero algunos perduran (ese locust que, a dos centímetros de ti, no hace nada).
Pero, en líneas generales, la IA cumple. A mayor nivel de dificultad, más listos serán los enemigos. Se cubren al momento, usan el arma más efectiva dependiendo de la situación, y salvan a sus compañeros malheridos (esto sí que es lo más... usa a un herido de cebo y verás qué divertido... venid, venid). Porque ahora los locust también pueden ser abatidos, pero seguirán vivos. Entonces podrás acercarte al que se arrastra dejando un rastro de sangre y desatar cualquiera de las 11 ejecuciones que hay en el juego.Pisarle la cabeza, destrozársela a puñetazos, hundir la culata de tu lancer en su maldito cráneo, cogerlo como escudo, disparando con la pistola, y cuando te canses de arrastrar a un asqueroso locust moribundo, romperle el cuello. Ah, qué gustazo...En cuanto a los modos de juego, se mantiene el modo campaña para ser jugado en solitario o en cooperativo con un colega online o a pantalla partida. También se mantiene el modo online con sus muchas variantes: zona de guerra (un deathmatch de toda la vida), el rey de la colina, anexo (el antiguo anexión), secuestrar al civil (y llevarlo a tu base), piloto(equipos de dos, con un máximo de 10 jugadores)... y, por supuesto y llevando al jugador al éxtasis absoluto: el modo horda. He aquí un invento que no sabíamos que existía, y que ahora que lo conocemos, nos damos cuenta de que llega tarde. ¡Dios, qué cosa más adictiva! Para jugarlo online (hasta cinco tíos) o a pantalla partida para dos, te enfrentarás a hordas sucesivas de locust, que irán a más en cantidad, inteligencia y tamaño según avances en el número de horda en cualquiera de los mapas que tiene. De verdad, no podrás parar. Salvar al compañero caído, irte con otro jugador bordeando al enemigo mientras los otros tres compañeros les atraen, hacer el loco al más puro estilo Leroy Jenkins, cubrir al compañero que avanza a por la munición... bua, no hay palabras.
Eso sí, no podemos pasar por alto el hecho de que, de alguna manera, el modo online (exceptuando el modo horda, qué locura más tremenda) ha perdido la sencillez y la dinámica del primer GOW: antes te conectabas y a jugar.Ahora tienes que esperar a crearte un equipo (y si no lo tienes, primero serás asignado a un equipo, luego se elige el nivel, luego el modo, luego el mapa...). Te tiras demasiado tiempo entre que te conectas y juegas. Antes era mucho más fluido.

Y por último, vamos con otro de los alicientes que hacen de este juego una segunda parte en toda regla: la historia. Ahora en la introducción del juego tienes que tragarte por narices un repaso a lo sucedido, cosa que no pasaba en GOW y que hacia que muchos nos perdiéramos con la historia. Ahora no sólo te enteras de lo que pasa, sino que te sumerges en la trama como si de una peli se tratara, ansiando llegar al final. No vamos a desvelar nada, sólo diremos que ahora sí que nos sentiremos el último baluarte de la humanidad, y eso, COGs que me leéis, es la leche. Cuando un juego tiene una historia que te atrapa, qué difícil es ponerle un solo pero.
Si tienes una Xbox 360 y no tienes el GOW y el GOW2, es como si no tuvieras una Xbox 360. Allá donde haya una blanquita debe estar Marcus y compañía.

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